TRANSCRIPCION LITERAL DEL TELEX CURSADO POR LA AGENCIA "EFE" CON OCASION DE LA EXPOSICION DE ENRIQUE PADIAL EN EL CÍRCULO DE BELLAS ARTES DE MADRID:
ENRIQUE PADIAL EN EL CIRCULO DE BELLAS ARTES
"Madrid, 24 octubre. (EFE)
Con una amplia muestra de su obra más reciente, el granadino ENRIQUE PADIAL ha inaugurado la Temporada 1981-1982 en la Sala GOYA del Círculo de Bellas Artes.
Pese a que PADIAL se niega a explicar sus cuadros -"No es poca la tarea de pintar aquello que me escuece"; subraya-, lo que no cabe duda es que en toda su obra está presente "el hecho andaluz" y, así, se lo ha confesado a EFE.
"Mi pintura es una pintura de lucha, un acta notarial donde cuento los problemas de Andalucía y pienso que es más útil hacerlo con pinceles que con metralletas"; añade.
Para ENRIQUE PADIAL, "el hecho andaluz" es sobrio y patético. Sí. .., pero se encuentra transido por un dolorísimo color lleno de hermosura. Ambos fenómenos -dolor y color- condicionan mi pintura desde su propia "nascencia'; precisa el artista. En este sentido, la obra de PADIAL, puede considerarse heredera de la del Arcipreste -que era andaluz según afirma este pintor definido por la crítica más prestigiosa como nieto de Goya -del que admira PADIAL su sinceridad baturra-, y descendiente también de los esperpentos solanescos y de la luminosidad de Mateos.
Hay, como ha destacado el profesor y crítico Antonio Aróstegui "tanta adhesión como denuncia " en la Pintura de Enrique Padial, en la que "saca a la luz estética la deformación secular de los opresores y los oprimidos con una irremediable adhesión incondicional a las víctimas inocentes". "Pero mi pintura es histórica, no política " -aclara el granadino, pese a que uno de sus cuadros más significativos lleve el título de "ANDALUCIA, 28 DE FEBRERO"; en memoria del primer referendum andaluz.
PADIAL se muestra generoso, casi pródigo con la materia, que utiliza a borbotones, "dadivoso"; dice él, "debido a que el acto de expresarme es en mí tan espontáneo que ni tiempo me da a mezclar los colores si no es en el propio lienzo.
"LA ATLÁNTIDA" -Homenaje a Falla-, la pintó enteramente con las manos y, en todas sus obras las veladuras las ejecutas con el pulgar en una especie de ejercicio de modelado de anatomía manual.
Respecto a sus preferencias, PADIAL se quedaría justamente con sus dos últimos cuadros "EL CRISTO DE DESPEÑAPERROS" y "EL ENGAÑAO”, este último algo así como un Cristo hueco, vacío, sin contenido espiritual alguno.
En definitiva esta importante obra podría definirse como lo ha hecho LEOPOLDO AZANCOT "como la conciliación de un expresionismo exasperado, lleno de violencia, con un esteticismo trascendido".